DF Más: Juan Carlos Jobet, Pedro Pablo Errázuriz y Family Office alemán apuestan por holding veterinario

Francisco del Río y Diego Silva fundaron Latam Vet, un holding de clínicas veterinarias que busca comprar porcentajes de ellas y ayudar en su parte administrativa. El negocio lo replicaron de Estados Unidos y uno de los referentes en el mundo -dueño de 700 locales- invirtió en ellos. Esta es su historia.

Diego Silva es fanático de los perros. Tiene siete. Entre ellos, un setter inglés -que trajo de Argentina- y un setter irlandés, que rescató de un monasterio en Irlanda. Toda la vida esto fue su hobby; tanto que a los 20 años, mientras estudiaba Ingeniería Comercial en la UC, decidió dedicar todo su tiempo libre a esto. Se convirtió en adiestrador de perros de trabajo (cazadores, pastores, etc) y recorrió el mundo compitiendo con ellos.

Pero, hasta ese momento, esto era su pasatiempo. Lo que le quitaba mayor parte del día era su trabajo en CCU, donde estuvo tres años y luego pasó a la exportación de vinos. En junio de 2021 se fue a estudiar un MBA en Duke, Estados Unidos, y mientras sus amigos buscaban prácticas en fondos de private equity o empresas como Google o Amazon, él buscó en la industria veterinaria. Así llegó a BetterVet, en Boston.

Dos primeras clínicas


Al mismo tiempo, el ingeniero civil Francisco del Río desarrollaba un negocio. Tras pasar por el grupo Matte, Colbún, BCG y Consorcio, creyó que era tiempo de hacer algo propio. En 2019, mientras cursaba su MBA en Harvard, unos amigos norteamericanos empezaron a asociarse con clínicas veterinarias para ayudarlos en la parte administrativa. Ya en Chile, un año después, los llamó para conocer mejor la estrategia de Alliance Animal Health.

La tesis era simple: generalmente las clínicas veterinarias están administradas por los fundadores y es mejor que ellos se dediquen 100% al cuidado de las mascotas y que desliguen la administración del negocio. “Empecé a investigar, conocía muy poco del mundo veterinario, me junté con varios y concluí que el modelo era replicable en Chile”, recuerda Del Río.

En 2020, en plena pandemia, invitó a amigos chilenos y tocaron puertas hasta que compraron Integral, una clínica veterinaria en Las Condes. Al año siguiente compraron Lovet, en Ñuñoa. En total invirtieron US$ 250 mil. Los números daban y llegado el momento de tirarse a la piscina y dedicarse al 100%, sólo Del Río estaba dispuesto a hacerlo. Ahí se cruzó con Silva por primera vez.

Los socios


En ese periodo, Silva habló con un amigo suyo de Stanford para que lo ayudara con un tema técnico en BetterVet. Y éste le dijo: “Conocí a alguien que está armando un tema veterinario en Chile, ¿te lo presento?” Sin conocerse previamente, en octubre del 2022 conversó con Del Río.

Cuenta Silva que “tenía una oferta de trabajo en Boston, un plan familiar armado y ganas de quedarme al menos dos años allá, pero Francisco me dijo ‘si algo no te funciona, ¿no te vendrías a Chile a ser mi socio?’ No lo pensé tanto, oportunidades como esa no se dan dos veces, rechacé la oferta en Estados Unidos”. Así nació Latam Vet.

Dicen los socios que en Chile hay más de 1.500 clínicas veterinarias, de distintos tamaños. En Perú el número es similar, en Colombia son más de 3.000 y en México aún más. En Estados Unidos, el referente de la industria es Mike Cooper, dueño de 700 locales con dos empresas, Southern Veterinary Partners y Missionary Veterinary Partners.

Levantamiento de fondos


Con la decisión tomada de volver a Chile, Silva y Del Río salieron a levantar capital para crecer más rápido. El plan es comprar al menos cinco clínicas más este año -con las que ya están negociando- y llegar a 50 en los próximos cuatro años.

Un día, mientras Silva se preparaba para una media maratón y trotaba por Miami escuchando Veterinary Innovation Podcast, el conductor del programa nombró a Mike Cooper como alguien a quien seguir. Ese mismo día el chileno le escribió por LinkedIn y por varios días no tuvo respuesta.

Por error, desde el LinkedIn de su señora le mandó un mensaje. Tuvo finalmente una respuesta y agendaron reunión para el 3 de marzo. Un día antes de que Silva se casara. “Como dicen los gringos ‘pide consejos y recibirás capital, pide capital y recibirás consejos’. Le llamó tanto la atención que estuviera hablando con él el día antes de mi matrimonio, que me preguntó ‘¿te interesa que invirtiera? Creo que hay un mercado interesante en Latam’”. Así cerraron un cheque.

Posteriormente entraron como inversionistas los exministros Juan Carlos Jobet, Pedro Pablo Errázuriz, un family office alemán y la directora de empresas Agathe Porte. En junio del 2023, Silva volvió a Chile y se integró 100% a la compañía.

El negocio


El modelo es asociarse con las clínicas, comprando un porcentaje mayoritario pero sin tener el 100%, dicen los socios. “Compramos un porcentaje relevante y se podría decir que prestamos soporte, entregamos herramientas para que el negocio se profesionalice y funcione mejor, particularmente la parte administrativa. El veterinario sigue tomando las decisiones del día a día del negocio”, dice Del Río.

“Al final, otra ventaja son las economías de escala: podemos acceder a mejores precios que les traspasamos a nuestras clínicas para que aumenten los márgenes”, agrega.

Los socios destacan que actualmente el negocio de las clínicas veterinarias tiene un margen promedio de entre 10% y 15%, y pretenden llevarlo a entre un 15% y 20%. Con las dos que ya trabajan, aseguran que han alcanzado un 75% de esa meta, y facturaron poco más de mil millones el año pasado. Apuntan a que las clínicas dupliquen su valor en cinco años.